Tema: General; ODC
Fecha del Articulo: 13/03/2023

La Paz Total no busca integrar aspectos de narcotráfico a la sociedad: viceministro de Política Criminal ante expertos en estupefacientes en Viena

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​-El viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa, Camilo Umaña Hernández, intervino en el evento 'Paz Total un nuevo paradigma sobre Drogas', organizado por Colombia como espacio paralelo a la jornada de apertura del 66° periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND).

-Paralelamente, la viceministra de Asuntos Multilaterales de la Cancillería, Laura Gil, participó en el debate general del 66º periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, espacio donde sostuvo que “Colombia está cansada de poner los muertos y de perseguir a sus campesinos en esta guerra contra las drogas que fracasó", y pidió revisar la clasificación de la hoja de coca en la lista de sustancias controladas.

-“Señor Presidente, ubicar la hoja de coca en la lista de sustancias controladas de la Convención Única de 1961 constituyó un error histórico contra los pueblos autóctonos de Los Andes. La planta no es el problema; la planta es parte de nuestra historia y nuestras tradiciones. Llamamos al apoyo de todos ustedes para una revisión de la actual clasificación de la hoja de coca". 

Viena (Austria), 13 de marzo de 2023. El viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa, Camilo Umaña Hernández, intervino en el evento 'Paz Total un nuevo paradigma sobre Drogas', organizado por Colombia como espacio paralelo a la jornada de apertura del 66° periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND), donde afirmó que la Paz Total del #GobiernoDelCambio “busca desligar el narcotráfico de una sociedad que ha sufrido enormes impactos en esta guerra contra las drogas, impactos desproporcionados en su territorio y en su población".

“La Paz Total no busca integrar aspectos de narcotráfico a la sociedad. Por el contrario, busca desligarlo de una sociedad que ha sufrido enormes impactos en esta guerra contra las drogas, impactos desproporcionados en su territorio y en su población".

En su intervención, el viceministro recordó dos recientes pronunciamientos del presidente Gustavo Petro: “la paz no es para mantener el narcotráfico, la paz es para desmantelar el narcotráfico y la minería ilegal"; y "ninguna organización puede acercarse a una negociación con la justicia si en su cabeza busca defender a ultranza las economías ilegales".​

Explicó el viceministro que para la construcción de una nueva política de drogas participativa e incluyente se partió de la premisa de que la guerra contra las drogas ha generado un impacto mucho mayor y desproporcionado en las comunidades más vulnerables.

“La posibilidad de que la Política de Drogas haga énfasis en cuidar la vida, más allá de generar conflictividad y confrontación con las comunidades vulnerables, es de la mayor importancia. Esto implica, por supuesto, atacar de forma cierta y clara a los grupos de narcotráfico que vulnerabilizan a las poblaciones y se lucran de toda esta lógica ilegal", precisó Umaña Hernández al señalar que “el Gobierno de Colombia ha planteado un reenfoque del énfasis en la lucha contra las drogas para enfrentar de forma decidida a los eslabones fuertes de la cadena del narcotráfico, y para ofrecer diferentes formas de alternatividad, llenando de política social a los eslabones más débiles de la cadena".

Así mismo, lamentó el uso desproporcionado de las medidas de criminalización frente a la población más vulnerable. “Una de cada cuatro mujeres que está en las cárceles, lo está por temas relacionados con el tráfico, porte, uso y fabricación de estupefacientes. Sin embargo, tenemos muy poca actividad investigativa satisfactoria frente a los temas que sustentan el mercado, como el lavado de activos. Por ello, una política que enfatice mucho más la persecución de los capitales y los activos que promulgan y promueven este tipo de tráfico ilegal es absolutamente relevante."

“Todo esto es la Paz Total. En últimas, es una estrategia que tiene muy diferentes medidas para muy diferentes problemas. Sin embargo, no hay que llamarse a la equivocación. Pese a que sean múltiples los mecanismos, hay una gramática común de todas estas medidas. Repito las palabras del presidente: 'La paz no es para mantener el narcotráfico", puntualizó.

RECLASIFICAR LA HOJA DE COCA

Paralelamente, la viceministra de Asuntos Multilaterales de la Cancillería, Laura Gil, intervino en el debate general del 66º periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, espacio donde sostuvo que “Colombia está cansada de poner los muertos y de perseguir a sus campesinos en esta guerra contra las drogas que fracasó. Este fracaso de la guerra contra las drogas no representa una deuda pendiente de Colombia, encarna una deuda del régimen internacional de las drogas con el mundo". 

En su intervención, la viceministra planteó la necesidad de que se revise la clasificación de la hoja de coca en la lista de sustancias controladas.​

Señor Presidente, ubicar la hoja de coca en la lista de sustancias controladas de la Convención Única de 1961 constituyó un error histórico contra los pueblos autóctonos de Los Andes. La planta no es el problema; la planta es parte de nuestra historia y nuestras tradiciones Llamamos al apoyo de todos ustedes para una revisión de la actual clasificación de la hoja de coca". 

En su llamado a la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, en el que aseguró que el “fracaso de la guerra contra las drogas no representa una deuda pendiente de Colombia, sino que encarna una deuda del régimen internacional de las drogas con el mundo", la viceministra pidió menos dinero para rifles y más para el desarrollo agrícola, con acceso a los mercados del Norte para nuestros campesinos."

“El fracaso de la guerra contra las drogas no hace a la Comisión menos relevante. Todo lo contrario, la pone frente a un desafío. Colombia siempre estará abierta, dispuesta y disponible para trabajar de buena fe y con espíritu colaborativo con sus Estados Miembros", señaló la viceministra Gil.

INTERVENCIÓN VICEMINISTRO DE POLÍTICA CRIMINAL Y RESTAURATIVA


​Esta fue la intervención del viceministro Camilo Eduardo Umaña:

“Para el Gobierno de Colombia son muy importantes estos tipos de eventos, porque le permiten refrendar y aclarar su Política de Paz Total, la cual tiene una relación estrecha con la Política de Drogas que está intentando formular.

Permítanme comenzar con dos recientes pronunciamientos del presidente Gustavo Petro al respecto: 'La paz no es para mantener el narcotráfico, la paz es para desmantelar el narcotráfico y la minería ilegal'. 'Ninguna organización puede acercarse a una negociación con la justicia si en su cabeza busca defender a ultranza las economías ilegales'.

Es importante tener en cuenta estos dos pronunciamientos. La Paz Total no busca integrar aspectos de narcotráfico a la sociedad. Por el contrario, busca desligarlo de una sociedad que ha sufrido enormes impactos en esta guerra contra las drogas, impactos desproporcionados en su territorio y en su población.

Pensar en la Paz Total quiere decir pensar en la paz como una obligación del Estado, y en concreto del Gobierno, para desactivar todos aquellos factores de vulnerabilidad en la sociedad que llevan a que se viva en una forma de guerra que no le permite a esa sociedad trascender de una situación de conflicto armado interno, de inseguridad y falta de garantía de los derechos humanos.

Es el reconocimiento de que en los conflictos colombianos existe una multiplicidad de actores y de factores, entre los cuales el narcotráfico ha jugado un rol importante que debemos enfrentar para que la paz realmente implique dar asfixia a estas organizaciones y oxígeno a las comunidades más vulnerables.

Partimos de la premisa que la guerra contra las drogas, como se ha librado, ha generado un impacto mucho mayor y desproporcionado en las comunidades más vulnerables, especialmente en aquellas que derivan su sustento de cultivos o de las que están en contextos en los cuales el narcotráfico existe. Esta Política de Drogas entiende que para llegar a una política auténtica y verdadera de paz debe haber alternativas sostenibles, razonables y reales para las comunidades que han sufrido estos impactos.

La posibilidad de que la Política de Drogas haga énfasis en cuidar la vida, más allá de generar conflictividad y confrontación con las comunidades vulnerables, es de la mayor importancia. Esto implica, por supuesto, atacar de forma cierta y clara a los grupos de narcotráfico que vulnerabilizan a las poblaciones y se lucran de toda esta lógica ilegal.

Así, el Gobierno de Colombia ha planteado un reenfoque del énfasis en la lucha contra las drogas para enfrentar de forma decidida a los eslabones fuertes de la cadena del narcotráfico, y para ofrecer diferentes formas de alternatividad, llevando de política social a los eslabones más débiles de la cadena.

En Colombia tenemos un uso particularmente desproporcionado de las medidas de criminalización frente a la población más vulnerable. Una de cada cuatro mujeres que está en las cárceles, lo está por temas relacionados con el tráfico, porte, uso y fabricación de estupefacientes. Sin embargo, tenemos muy poca actividad investigativa satisfactoria frente a los temas que sustentan el mercado, como el lavado de activos. Por ello, una política que enfatice mucho más la persecución de los capitales y los activos que promulgan y promueven este tipo de tráfico ilegal es absolutamente relevante.

De ahí que frente a las organizaciones del narcotráfico se haya planteado una forma de sometimiento y sujeción a la legalidad, para que pueda haber entrega de las rutas y desmovilización de los grupos, y para que el Estado presente una oferta de sujeción al Estado de Derecho.

 El presidente Petro ha sido claro en afirmar que no existe una negociación de paz o de justicia transicional frente a este tipo de organizaciones, cuestión contraria a lo que ocurre con otras frente a las cuales se está haciendo un proceso de paz que es claro, abierto y transparente, como el que se adelanta con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que recientemente emitió la agenda de las negociaciones en el Acuerdo de México y que ustedes pueden corroborar de forma pública.

Frente a los eslabones débiles de esta cadena se busca ofrecer medidas de alternatividad penal, como ocurrió la semana pasada con la ley de madres cabeza de familia que han sido condenadas por sentencias bajas frente a delitos no violentos. Muchas de ellas tienen que ver con temas de microtráfico y en cómo se pueden dar medidas de justicia restaurativa que impliquen trabajos de utilidad pública antes que medidas de privación de la libertad que rompan los vínculos y los lazos sociales entre estas madres y sus hijos e hijas.

El objetivo de este tipo de medidas es comenzar a ofrecer herramientas de política pública para intervenir con política social estos eslabones débiles, antes que con criminalización y mera militarización de las vías.

Tenemos una realidad particularmente atrapante y difícil frente a la juventud. Hay un efecto intergeneracional de toda esta guerra que se ha librado en nuestro país. Este efecto tiene problemas frente a la salud pública y al aumento del consumo, pero también, muchos problemas frente a la criminalización de la juventud.

Las cifras nos indican que más del 70% de los jóvenes que están en el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes lo están por temas relacionados de alguna forma con drogas y, que de ellos, más del 90% se vieron involucrados en este tipo de hechos teniendo en cuenta las realidades familiares o los contextos sociales inmediatos, con lo cual tenemos un efecto intergeneracional muy importante y nocivo para que la juventud termine involucrada en estas dinámicas.

Queremos arrebatarle la juventud a a los grupos de narcotráfico y darle una oportunidad muy diferente para que salga de las lógicas de vulnerabilidad de sus comunidades.

Todo esto es la Paz Total. En últimas, es una estrategia que tiene muy diferentes medidas para muy diferentes problemas. Sin embargo, no hay que llamarse a la equivocación. Pese a que sean múltiples los mecanismos, hay una gramática común de todas estas medidas. Repito las palabras del presidente: 'La paz no es para mantener el narcotráfico'.

Colombia es consciente y además reprocha y lamenta su historia de una lucha contra el narcotráfico que ha dejado múltiples víctimas y que ha creado una cantidad de daños no solo en las personas, sino también en el medio ambiente.

La paz que buscamos es también una de restauración de los daños sociales y ambientales que ha dejado la dinámica que ha sufrido el país. En ese sentido, la Paz Total también debe ser leída como una paz con los territorios, con los pueblos étnicos y con la naturaleza. Queremos ver cómo podemos lograr que esa restauración ambiental y social conduzca a reafirmar las identidades propias de los pueblos étnicos, pero también, a prevenir muchísimos más daños ambientales de los que están sufriendo los territorios.

Los problemas sociales que vivimos tienen conexión con otra serie de economías ilegales, como por ejemplo, la minería ilegal, que devasta los territorios y alimenta gran parte de las organizaciones criminales de estos grupos, que a su vez se alimentan con otros formas de criminalidad como la trata de personas y el reclutamiento forzado de las juventudes.​

Colombia se merece una oportunidad para poder plantear una estrategia que estamos adoptando con el fin de acortar todas estas vulnerabilidades y avanzar hacia una Paz Total que pueda abarcar todos estos actores, factores y problemas de los que hemos hablado".      

 


Autor: MJD-AP