Varsovia (Polonia), 12 de mayo de 2025. En el marco de la reunión anual de COPOLAD III (Programa de cooperación birregional de la Unión Europea, América Latina y el Caribe sobre políticas de drogas), que reúne a más de 150 actores clave de 40 países, el director de Política de Drogas del Ministerio de Justicia y del Derecho de Colombia, Alexander Rivera, presentó los avances del país hacia un enfoque centrado en la vida, los derechos humanos y el medio ambiente.
Durante su intervención, Rivera destacó que la Política Nacional de Drogas 2023 – 2033 'Sembrando vida, desterramos el narcotráfico' del Gobierno del Cambio rompe con los paradigmas de fiscalización tradicionales. “Llevamos más de 120 años con regímenes que han pretendido controlar el problema global de las drogas sin éxito. Es momento de entender que las soluciones deben construirse desde el territorio, reconociendo las vulnerabilidades sociales, ambientales y económicas de nuestras comunidades", afirmó.
Rivera trazó un recorrido histórico desde las convenciones internacionales de principios del siglo XX hasta la actual apuesta colombiana por un enfoque que trascienda la seguridad multidimensional —centrada en capturas, hectáreas erradicadas y decomisos— hacia una visión de seguridad humana, que prioriza el bienestar, la inclusión y el desarrollo.
“En Colombia, entendimos que una política centrada solo en la fuerza genera desconfianza y no transforma los territorios. Hoy, abordamos las causas estructurales de la economía ilícita desde ocho ejes estratégicos", explicó.
Los 8 ejes de la política presentados por el director son los siguientes:
- Transición a economías lícitas, con acceso a tierras, infraestructura, formación y sostenibilidad productiva.
- Cuidado de la naturaleza, que hace de Colombia uno de los primeros países en integrar la bioeconomía y el medioambiente en su política de drogas.
- Intervención en contextos urbanos, con estrategias de paz, cultura, economía popular y prevención del reclutamiento.
- Prevención del consumo con enfoque de salud pública y derechos humanos, mediante dispositivos comunitarios, laboratorios de innovación y estrategias de reducción de riesgos y daños.
- Eje de asfixia al narcotráfico, con cifras récord en incautaciones, destrucción de laboratorios y combate a redes criminales.
- Regulación responsable, con usos lícitos del cannabis, el cáñamo y la hoja de coca para fines medicinales, industriales y alimenticios.
- Cambio de narrativas y justicia restaurativa, incluyendo iniciativas como la Ley de Utilidad Pública que brinda oportunidades a mujeres privadas de la libertad.
- Diplomacia internacional, con liderazgo en el panel de revisión de los regímenes globales de fiscalización y apoyo a iniciativas como la defensa del uso tradicional de la hoja de coca por parte de Bolivia.
“Esta política no es solo una estrategia nacional, es una invitación a repensar colectivamente los marcos globales. Por eso estamos aquí, construyendo alianzas en escenarios birregionales con COPOLAD III, con socios como la GIZ (Cooperación Alemana Colombia), la Unión Europea, la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) y países hermanos de América Latina", concluyó Rivera.
MJD/ Elaboró: DPDAR - ABN. Aprobó: MAC
